miércoles, 29 de octubre de 2008

Sin alfa ni omega

A Pléyades… y la sangre de los dos amantes combinada con sus lágrimas forman una cascada de hondas melancolías, que inunda la montaña; convirtiéndola en lago que refleja la luz de la luna.


Las campanas de la catedral anunciaban la media noche…Pléyades meciéndose en un rustico columpio y Chaos a su espalda, impulsándola…-Cerrad los ojos misteriosa hija de la LUNA-Estas desnuda y te contemplas en el agua, ves que tus cabellos recorren tu delgado cuerpo hasta llegar a los tobillos y de tu espalda un par de alas deslumbrantes se desprenden ocultándote del sol, las agitas con tal fuerza que tras de ti se crean nubes de polvo…Te elevas lentamente y comienzas un recorrido por todo el planeta, descubriendo su gran magnificencia, pero no solo reconoces su belleza, también sus males, virus, su plaga que se contiene en solo un nombre: los humanos, esta raza que devora sin detenerse, gobernada por la codicia y la gula destruyendo todo… culpando al otro y este al otro y al otro… cuando todos tenían la culpa…La ira se posa en tu corazón, decidiendo exterminar a los hombres; das inicio a la sangrienta empresa y ellos gobernados por el miedo huyen del “ángel de la muerte”…Terminada tu tarea, subes a la montaña más alta donde el cielo se confunde con la tierra y cantas a la soledad, el desolado planeta sufre una esplendida metamorfosis eliminando todo rastro de la humanidad: sus caminos ahora son ríos; sus viviendas, gigantes bosques donde los rayos del sol nunca penetraran… sus cadáveres en rocas inertes.Sigues volando mas allá de la atmósfera, mucho más allá de las estrellas, encontrando un rojo planeta, donde sus habitantes luchaban en una batalla sin descanso, no eran dos bandos ni tres, allí todos peleaban contra todos y en la mitad de la contienda, un niño de brazos, este niño era el demonio, tan inofensivo pero tan peligroso cuando se es tentado…Angustiada decides bajar a detenerlos, en tu esfuerzo por acabar con la demente guerra, una de estas bestias, te hierre con la punta de su daga en la punta de tu dedo… una gota de tu sangre azul cae al suelo internándose en la tierra, llegando al núcleo, haciendo estallar el violento planeta en mil pedazos…Sigues volando mientras las lágrimas cubren tu rostro, a lo lejos vez un planeta azul, esfera que te llena de tranquilidad y decides ir a observar: en este globo todos tenían relaciones sexuales con todos, hombres con hombres, mujeres con mujeres, mujeres con hombres, y en medio de la pasional orgía, un anciano que no tenía fuerzas para pararse, ni para hablar y era sordo, tan solo observaba… este anciano era un dios, solo un espectador…Seducida por la pasión, bajas y en medio de orgasmos, ríes, ríes enloquecidamente, pero pronto la risa se trasforma en llanto, por lo banal y efímero de la situación, y lloras, lloras sin control mientras cada uno de los seres se ahoga en el mar de tus tristezas dejando a todos sin vida…Sigues volando y una ráfaga de polvo de estrellas, cae en tus ojos dejándote en la oscuridad… ciega tropiezas con todo; ya agonizando sientes la presencia de un ser quien te cura la vista, te mira fijamente a los ojos y se desvanece…Desde ese momento vuelas con el firme objetivo de encontrar el misterioso ser… llegas a la curvatura del universo constante donde existe un planeta totalmente de hielo, con miles de LUNAS, en sus diferentes fases, este planeta estaba habitado por un animal por cada especie: un gato, un búho, un cuervo, una araña…Uno por cada especie y su idioma era el silencio.A causa de que todo estaba cubierto por el hielo, no existía la vegetación y el único alimento que tenían era la ilusión de que su pareja: su gata, su libélula, su osa, su delfín… algún día llegase…En medio del silencio estaba contemplando el misterioso ser, una de las LUNAS de la lejana esfera… embriagada por la emoción te lanzas a él y lo abrazas con tal fuerza como si intentaras hacerlo parte tuya… le preguntas miles de cosas y la única respuesta era el silencio; él te mira a los ojos y en su iris lees:-Si te quedas, no tendrás nada más de lo que vez, el reposo unido al caos…si te vas nunca podrás regresar, ciega volverás a quedar y alguien te curara, mas no podrás recordar el camino de vuelta (…)Y en ese momento Chaos dejo de columpiar a Pléyades.

Vicente Cortes.

No hay comentarios: