martes, 25 de noviembre de 2008

En ocaña...

La negra capota cubre tu rostro,
Sientes el miedo y el vacío de la muerte.
El camión no detiene su marcha
Ni por un segundo.

¿Acaso fue terrorismo el pensar?
¿Acaso fue barbarie gritar: NO MÁS?
Si así fuese, que llueva sobre todos nosotros la muerte,
Como la esencia misma de la vida.

Caes a un cenagoso prado,
Sientes todo tu cuerpo empapado de lágrimas y sangre,
De dolor y ausencias.
Ha llegado la hora de que pagues tu inconformidad.

Te visten de verde,
No entiendes para que, si las nubes no son verdes
Y así, en el cielo no te podrás camuflar.

Te dan la orden de que corras,
Obedeces como por inercia
Y percibes a otros héroes corriendo a tu lado.

1, 2, 3, 4 disparos,
La boca te sabe a muerte
Y tu cuerpo cae,
Pero tu alma y tu idea vuelan.

Tu cuerpo queda en el valle del absolutismo y la tiranía,
Preparándose para ser negado por una brutal certeza.


Alexander Mendoza.

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